Virtud la de mi lengua
que da cuerpo a mi voz y hace que en ella
se contenga lo dicho sin más peso
que el aire en que se tiene.
Heredad de las sílabas
donde me va la vida,
ajena ya al vivir, ensimismada
consigo de nombrarme
para ser siendo apenas.
Arráncame de mi,
búscame patria en ti, dame un pronombre
que me cumpla y haré
que me borren del mundo
mezquino de las cosas;
que, tan muda, la Muerte
me tenga que nombrar para matarme
sin saber que con eso lo que hizo
fue salvarme la vida.
de Copa de sombras. 2009,
No hay comentarios:
Publicar un comentario