martes, 1 de abril de 2014

ZAMBRANO

                                               Portada del libro Lo Que Dejó La Lluvia 
  Aunque ya en Apócrifo de marzo Zambrano había logrado entramar sus dos hilos anteriores, tradición e innovación, en Lo que dejó la lluvia el texto es un hermoso lienzo. Y no digo sobre el que se borda porque José Antonio es un poeta de costuras interiores. No hay pirotecnia cromática en sus imágenes; siempre se rematan con sorprendentes quiebros y conceptualizaciones éticas. Es, además, un libro discursivo con Edinda por medio como interlocutora, la Edinda de sus canciones. Ya digo, sin la presión de entonces, en Lo que dejó la lluvia hay un diálogo entre el sometimiento verbal y la levedad lírica que hace de su conjunción un gozo. Enhorabuena, amigo.

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