lunes, 10 de marzo de 2014

NOGALES, Reserva de lo pequeño.




            Afortunadamente aún quedan pueblos a trasmano de las autovías que, sin privarse de sus ventajas,disfrutan del amparo de la naturaleza y del rincón de su historia. Nogales es uno de ellos. Nogales sorprende, por desapercibido, al viajero que llega con los ojos llenos de postales marchitas, caducadas yapara el asombro. Ojos que viven cada vez más de la reserva de lo pequeño que este pueblo esconde.
 En Nogales, la Tierra de Barros se torna pintoresca. La besana, aburrida ya del horizonte de viñas que arrastra desde el Guadiana, da de pronto en el umbral de la dehesa, replegándose en sierras como la de Monsalud o Mariandrés. O abriéndose en un valle rivereño .cuyas aguas, ese hilito de limos de sus aguas, se ovilla hace tiempo en su pantano lo mismo que una enorme alcancía.
  De unos años acá, este valle se ha vuelto manso como una vaca enorme echada junto al abrevadero de sus aguas. Un animal vivo que se deja recorrer la pelambre de sus encinares por rutas y senderos que abrió la curiosidad para el disfrute de lo mínimo. La sima de la Mina, las plantas medicinales de Mariandrés, el alcornocal de los Doce Apóstoles, la buitrera, las ruinas del lavadero de lana de la Mesta, son algunos de sus atractivos.
  Y sobre la testuz del cabezo, derramándose arrebatado, el pueblo. Un pueblo pequeño, a la medida de lo menudo que predicara Azorín, con su puente medieval, con su fontanilla, con su pequeña industria. Y hecho todo él un filo de cal ladera bajo, un filo largo con que cortar la adversidad de los tiempos.
   Arriba, el cerco del castillo con su iglesia. Un mirador envidiable que es toda una meditación. Los pueblos debieran estar en alto para poder contemplarse en su propio paisaje. Un pueblo sin perspectivas, plano, es un pueblo huérfano de sí mismo. Por eso, Nogales goza también de un cementerio con vistas. Sí, pequeño y envidiable, marino casi, como aquel de Valery, desde el que se avista la eternidad.
  Visítenlo esta primavera; se convencerán.



                                                                     

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