miércoles, 12 de junio de 2013

LA MUERTE DE CAMILO




  La muerte siempre avisa a los incautos, que acaban luego como Camilo por atender al guiño oscuro de sus premoniciones. Camilo había visto un pez brillar en el fondo de la noria. Tiene que ser de plata, se decía. Ciego por su codicia, dio en sacar agua y más agua hasta que pudo bajar al fondo y atraparlo. Pero no era un pez. Lo que Camilo había visto brillar era una enorme faca con hoja de acero y cachas de nácar. A la mañana siguiente, fue Tinoco quien se lo encontró. Estaba tirado contra las matas del toronjil con un tajo en el cuello. Acudió también el forense, pero con la navaja nunca dieron. Sólo encontraron un pez. Un pez de plata hermoso junto al muerto.

                                                                                   De Habas contadas. 2010



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